Uno de los platos que están estrechamente relacionados con la Semana Santa de Castilla puede ser el bacalao. Salazón de interior de fama secular que en la localidad leonesa de
Valderas tiene su puerto de secarral.
La grandeza de la Cuaresma y Semana Santa en torno a una cazuela de
bacalao al estilo Valderas hace alcanzar cotas de sublimación de la más alta gastronomía práctica.
Casa Gatito, archiconocido templo del yantar en el entorno, es familiar, simple y sencillo. La apariencia externa invita a pensar en la simbiosis de la casa familiar con las del entorno que la rodea. Sencillamente, el espacio de la familia gatito es invadido en fiestas de guardar por los comensales que pacientemente aguardan turno en el hall de entrada, no existe la posibilidad de reserva concreta, solo relativa, el ¿quién da la vez? de los usos y costumbres ya en extinción por una sociedad cada vez mas digitalizada.
La espera se puede intercalar con la visita al cercano
bar Canario donde el vino clarete se casa con una
magnífica pavía de bacalao con los que se adorna la consumición. Bacalao rebozado de nivel excelente, a la altura de las archiconocidas pavías de Casa Labra (Madrid).

Una vez ya apostados en la ansiada mesa llega el menú: sencillo y sin adornos, como gusta a esta Sociedad.
BACALAO ESTILO VALDERAS (Concretamente al estilo de La Pita), VINO CLARETE DE LA TIERRA, PAN DE VERDAD y, si procede, cambiar el orden del postre como entrante:
ESTUPENDO QUESO.
El manjar llega a la mesa burbujeante en cama de barro, las tajadas de bacalao bailan en aceite de oliva salpicado de ajos laminados y punta de pimentón. La

excelencia de estas cuatro materias hacen de este plato la referencia obligada del ajo arriero. La gelatina del pez emulsionada con el aceite de oliva y coloreada por el producto de la comarca de La Vera otorgan al paladar la quintaesencia del sabor tradicional y cuaresmal.
Bien merece Valderas su visita.
Foto: Nacho
Frutos